Este blog está hecho para reflexionar. Por eso no relataré lo que los medios ya se han encargado de mostrar: la violencia desatada en La Parada. Quiero dar mi punto de vista que, a lo mejor, pueda ayudar a mis amigos lectores a formar opinión.
Primero, el principio: Cualquier sociedad necesita para su subsistencia, una autoridad. No se puede vivir sin autoridad. Lo que pasa es que el hombre es libre y, lamentablemente, puede hacer (aunque no debe) lo que le dé la gana; por eso necesita alguien que ponga orden, uno orden mínimo, básico, gracias al cual todo lo demás marche, se desarrolle. Si no hay orden, nada es posible.
Y a veces hay que ejercer esa autoridad con firmeza, con los medios necesarios. No puedo ir a hacer frente a delincuentes con varas y escudos, con caballos, como si se tratara de un partido de fútbol de segunda división. No se puede permitir vacíos de legalidad; permitirlo es demostrar ineptitud para gobernar.
Segundo, ¿progreso?: Es curioso, pero ahí nomás está Gamarra, el emporio comercial, símbolo de un Perú que progresa. Queda claro que el progreso económico no es señal ni condición de un progreso verdadero. Un país es un mejor lugar para vivir cuando, luego de tener una economía que facilite que todos puedan vivir dignamente, sea capaz de educar a sus ciudadanos de tal modo que vivan en paz, haciendo lo que deben con alegría. Y estamos muy lejos. Ayer se comprobó que basta una chispa, una oportunidad de sacar provecho y los ciudadanos se convierten en delincuentes. Saquean, matan, destruyen. Por último, unos comerciantes que no permiten el orden, se resisten en ser reubicados y una alcaldesa de quien tenemos seria desconfianza, no por sus intenciones sino por su idoneidad, son una muestra de que aún no hemos logrado cosas importantes.
Tercero, ¿qué hacer?: En lo urgente, hay que detener y castigar a los delincuentes, reubicar a los comerciantes con los medios y con la fuerza que sea posible, haciendo valer la autoridad que el estado posee.
Pero la solución definitiva, es evidente, es la educación. Solo educar de verdad puede acercarnos a un mejor mundo. Se necesita mejores profesores, pero - sobre todo - mejores padres y mejores familias. Preocúpate por tu familia ahora, burrito.
Una cosita más. Me parece mostro que haya gente que se preocupe por los pobres animales que han sufrido daños, por ejemplo, el pobre caballo que tuvieron que sacrificar (menos mal no fueron en burro). Pero no deben perder de vista que, sin ser necesario defenderlos, ese es el tema menor. Estamos hablando de policías heridos, de gente que merece cárcel. Preocupémonos un poco más de las personas. Hagamos campañas por la paz y la educación de las personas, de los animales ocupémonos en menor medida.
Y te lo dice un burro, para qué más!