viernes, 1 de mayo de 2009

Si Raúl supiera...


En 1992 fui a ver la los NSQ y los NSC en Trujillo. Desde entonces, y junto a miles de peruanos, he seguido cada presentación y programa donde iba apareciendo Raúl Romero, fascinado por su ingenio y desenfado. En la tele, pude ver De Dos a Cuatro en un formato ágil que capturaba al público de todas las edades en un horario poco habitual para tamaño rating.
Tuvo un bajón, luego de dedicar Amorfo a un tal Vladi. Hasta huevos le lanzaron al pobre. Dejó de hacer comentarios políticos y se dedicó a bromear. Siempre me ha parecido admirable su capacidad para poner sobrenombres. Es un trome en ese deporte tan peruanazo.
Se casó con Carolina y no con "Caroline", la otra modelo (y creo que eligió bien) y se convirtió en un padre amoroso y babeador.
De vez en cuando, sin embargo, se le ocurre abusar del amaneramiento y las alusiones al homosexualismo que empobrece el humor del show. Cuando pasa eso, tengo que cambiar de canal - solución que proponen algunos creyendo equivocadamente así solucionar la cuestión. Yo no quiero ese tipo de "humor" para mis hijos ni para nadie de la familia.

Si Raúl Romero supiera, o se pusiera a pensar,  que lo ven muchísimos niños. Si supiera que no hace falta ofender a nadie para hacer un programa exitoso.

Si tan solo corregiera eso, hasta le perdono lo feo.