¿Cuándo se echó a perder Jorge Glenni?, ¿cómo ese joven bien parecido torció su futuro hasta llevárselo a la cárcel, a la posible cadena perpetua?
La pantalla del domingo nos acerca a una parte de su biografía. Y todos los que somos padres nos planteamos cómo es posible que un niño pueda convertirse luego en criminal.
Y es que, salvo el caso de un episodio traumático que ocasione un quiebre en la personalidad, la vida se compone de miles de pequeñas acciones y decisiones que van construyendo nuestra personalidad, lo que somos y a donde llegamos.
Los padres no podemos ni debemos controlar todo en la vida de los hijos, pero sí podemos y debemos estar atentos a su formación. Somos los llamados a educarlos sin que nadie nos pueda reemplazar. No olvidemos que en la educación de la persona, o se da un paso adelante y se es mejor, o se retrocede. No hay ninguna acción o experiencia neutral.
Que esta tristísima experiencia que vemos en la prensa nos sirva de llamada de atención para dedicarnos más a los hijos con un amor que se manifieste en el ejercicio de la paternidad, un ejercicio esforzado, permanente, responsable.
Que el homicidio de Marco Antonio (cuya vida también es otro ejemplo de la falta de formación paterna, lamento decirlo, pero es así) y la captura de los homicidas no nos deje la sensación que hay buenos y malos. Solo hay gente equivocada, sin formación.