Enciendo la mac (la Sánchez para los amigos), me conecto a Internet, entro a Perublogs y veo con gran desazón, (imagina mi cacharro desencajado, más todavía) que hay un egg de blogs. Qué te digo uno, dos eggs. Son miles y solo en el Perú! Todo el mundo escribe como loco!
Después me repongo y empiezo a ver las cosas con mejor perspectiva. Es que el mundo actual nos ha caído a la mayoría de adultos como quien recibe un saco de arena mientras está corriendo sobre un disco giratorio. En medio de nuestros afanes laborales, internet nos tira un cachetadón para decirnos: O te pones al día o "ya fuistes" - como dijo el cholo.
Y entonces entramos en una suerte de reformateo personal mientras que a nuestro alrededor, millones de chibolos están comprando y vendiendo en SIMS, bajándose no sé que aplicación para no se qué aparato, chateando con cincuenta a la vez sin perder el hilo de cada conversación.
Me aterra un muchito saber tan poquito.
Onde estábanos (como dicen en Piura...algunos), Señor, mientras toda esta revolución se gestaba?
Al comienzo algunos papás le echaron la agüita del socorro a sus hijos por estar pegados a la compu. Luego intentaron esconder el teclado; otros le dieron su sol para que vayan a la cabina. Otros más sofisticados le han puesto password y filtro al sistema... al final, el chibolo se ríe y sigue navegando, repitiéndose así aquellas sacadas de vuelta que nosotros, los adultos, hicimos a nuestros papás con el teléfono con llave (parecíamos telegrafistas).
Una mala noticia nos cae encima: No es posible huir del internet.
Menos mal, no todo es pesar, porque hay una solución a este nuevo problemón, solo que demanda mucho esfuerzo: formar a los hijos y confiar.
Ya les tocará a ellos, los chibolos sapazos de hoy lidiar con sus hijos y ver cómo le harán frente a la teletransportación de nuestros nietos.
Ahora, sí pues, hijito, chúpate esa!