domingo, 12 de abril de 2009

Prohibido leer a Beto Ortiz


Vamos a ver. Todos coincidirán conmigo en que Beto Ortiz no derrocha simpatía. El también lo sabe y quizá por eso tiene ese gesto permanente de "ajco" cada vez que una cámara lo capta y quizá también por eso mismo es que escribe una columna que se llama Pandemonio - nada menos - del Perú 21 de Fritz Du Bois.
Yo no leo a Beto Ortiz. Pero hoy me topé con su columna (si a una página completa se le puede llamar columna) y me llamó la atención el título: Prohibido leer antes del 2032. Hablaba de Fujimori y su reciente sentencia. Lo que me llamó la atención fue una frase que puso en negrita. La copio tal cual: La vida de Martha Chávez y la de un terrorista valen exactamente lo mismo que la del papa (sic) y que la mía.
Más allá del contexto que justifica apenas la afirmación (y es verdad, una vida humana vale exactamente eso: una vida humana), conviene hacer una aclaración que quizás Beto no acepte: La vida humana, mejor dicho, la dignidad humana se engrandece o degrada con los actos personales. De tal modo que la vida de una persona que ha decidido obrar mal no tiene ya la misma dignidad que la de una persona virtuosa; de otro modo, daría lo mismo dedicarse a matar que dedicarse a ayudar a las personas. El hombre colabora con lo que por naturaleza le ha sido dado y adquiere así una segunda naturaleza, un valor agregado.
El obrar humano hace que la vida de Martha Chávez, la de un terrorista, la del Papa, la de Beto Ortiz y la mía tengan distinta calidad y, por lo tanto, valoración distinta.