El verano llegó llegó. Este burrito se pone ligero de ropas y se zambulle a la piscina para disfrutar de las vacaciones. ¡Qué lindo el verano en el norte, con sus zancudos, su transpiración, sus playas cochinitas y sus lluvias que dejan, al menos a Chiclayo, lleno de barro y desagües colapsados.
Las calles se llenan de chiquillos jugando a la pelota, los adolescentes juegan carnavales y salen de noche, todo es bonito en verano, todos casi de acuerdo.
Casi, porque hay unos temas espinosos en el que sí discrepamos y ahí me quiero meter, terco como burro para decir mi opinión esperando que logre convencer a alguno aunque yo sé que es difícil, ya me ha pasado antes, pero sigo dándole al intento.
Es que cuando hace calor, la gente se quita la ropa. Los más organizados sacan su cuenta y dicen en octubre: me quedan dos meses, ocho semanas, a un kilo semanal, la dieta me debe dejar regia, el gimnasio hará lo suyo, el asunto es que para la playa o la piscina ya estaré con mis carnes en su sitio y podré lucir mi ropa de baño. Los feos tendrán más chamba porque hay que desviar la atención hacia el resto del cuerpo y no a la cara, y los guapos, esos sí, se van en coche porque quedan preparados para el bronceador y el lucimiento.
Algunas mujeres creen que porque enseñan más, se ven mejor. A ver, mis queridas burritas adolescentes y jóvenes: si te pones tu tanga, tu cola less, tu bikini, a lo mucho despertarás la envidia de las demás y el morbo de los chicos (por si acaso, los hombres no dicen "Qué linda señorita, debe ser inteligente y buena, con ella vale la pena casarse..."). No! Los chicos dicen: "Qué fuerte que está, qué buenaza que está, con ella quiero agarrar y, si llega a ser mi enamorada, seré la envidia de todos, pero eso sí, que nadie la mire mucho, solo yo". Sad but true, little donkey. Pobre resultado para una mujer que se respeta.
Es bueno lucir simpática y guapo, pero sin que el lucimiento confunda a los demás sobre lo que realmente somos y buscamos. Es bueno verse bien y gustarse pero es triste que nos quieran tanto como a un cebiche o a un lomo saltado o por saltar. La mujer vale demasiado como para que la vean como objeto o le falten el respeto.
En el hombre no pasará exactamente, solo si tienes tus coquitos en el vientre y tus músculos en su sitio y una pepa que no desentone, las chicas dirán: "Qué cuero, qué churro, qué papacito" Y te querrán conocer. Más te vale entonces tener algo de gracia o de cerebro porque sino solo se te acercarán las menos interesantes, las más livianas.
Mi consejo de pata, viste con gracia pero no te calatees innecesariamente. Y otra cosa: no seas huachafo y vayas a la Universidad o a la academia como vas a la playa. Fíjate que hay gente que no quiere perder el apetito viendo tus sudores y tus callos. A la playa en short, a la misa no, pues; a la playa en bikini, a la clase, no! ¿O a la playa vas en pantalón de vestir o sastre?
Bueno, te dejo porque me voy a poner mi ropa de baño y directo a la piscina... cómo te explico, el que puede, puede...