domingo, 24 de octubre de 2010
Kinky y guácala!
Se me estaba pasando por eso de que este burro de noria ha estado bien salado con la family maltrecha; ya ahora recuperados, casi totalmente, me despacho rapidito con Gise. Mejor dicho, con el Gran Show. Personalmente, no me siento a ver el programita; lo veo como el fumador pasivo inhala lo que el de al lado arroja, veo el show que mi mujer sintoniza con algarabía.
Así pude ver un poquito del "baile" del Conejo Rebosio y su púber soñadora y no me queda duda en este juicio: no todo baile es arte y no todo show lo redime de censura. El bailecito fue grotesco, mal hecho, vulgar o - como dijo una del jurado - kinky, o sea pervertido.
Luego la producción dijo sorry con excuse me y para adelante, como el jovencito que se ve obligado a pedir disculpas pero nada más. Ya me canso de decir que la responsabilidad de los productores televisivos no es solo cuidar que los contenidos que se difunden no dañen a los menores de edad, sino que también hay un deber para con los adultos. Ese (y otros bailecitos) son nada artísticos, ofensivos y vulgares. se mezclan con otros que sí valen la pena y que hacen pasable ese show. No es verdad que la censura la debe hacer el televidente prendiendo, apagando o cambiando de canal. Eso es como decir que a mi hijo le ofrezco un menú contaminado y lo que tiene que hacer es elegir no comerlo...
Y eso que no te digo nada de la tía Gise, la gran razón por la que no veo ese programa. Mejor veo el especial del humor.