Una encuesta puso a Laura Bozzo en su sitio: por las patas de los caballos (con perdón de los caballitos que nada de culpa tienen). Y ella, que se pone en evidencia aunque diga lo contrario, dice que no le preocupa ni le importa, pero sí que le arde. Es que se le va acabando el espacio para montar su show deprimente, los peruanos y muchos extranjeros ya no se "tragan" que los casos sean verídicos y se han cansado de tanta vulgaridad y maledicencia.
Y hoy leí en la columna poco sesuda de Carlín en Peru 21 que se refería justamente a los programas basura. Sostenía algo que me parece verdad: de tanto ver o "comer" la bajísima calidad de los programas de televisión uno puede terminar pensando que aquello es bueno, acostumbrándose a lo vulgar e insensibilizándose para captar lo valioso. Qué bueno que ya no hay más Laura Bozzo en nuestras pantallas, así deberían desaparecer muchos otros programas que nos empobrecen.
Ya es momento de que en México o el Ecuador nos reconozcan como peruanos por algo mejor que un programa como el de la Bozzo, o como bien le dicen algunos, la tía Manson. Guácala!