Carrie Prejean ha marcado un hito en los concursos de belleza. Ya no hace falta contestar lo que la gente quiere oir, repetir fracesitas hechas como "the world peace" y cosas así. También es posible ser franca, sincera y decir la verdad aunque eso cueste la corona.
Bastó ver la cara de Perez Hilton, el juez que formuló la ya famosa pregunta sobre el matrimonio homosexual, y oir la mezcla de pifias y abucheos para saber que la respuesta que dio Miss California iba a dar qué hablar.
Yo quiero decir que Carrie no ofendió a nadie. Como debe ser, sin juzgar a la persona, puso las cosas en su sitio. Los papás de la chica han de estar satisfechos: su hija fue coherente; no fue políticamente correcta como suelen ser las personas cuando están frente a un micrófono o se vendió al aplauso de la opinión pública, cada vez más desorientada.
Mientras la pobre Lindsey Lohan sigue apareciendo en la prensa desorientando a la juventud, Carrie, a propósito o espontáneamente, tuvo 20 segundos de ejemplaridad.
Dicho sea de paso, debió ganar. Te invito a ver el videíto.