jueves, 14 de julio de 2011

Así son las cosas (La noche es mía III)


¿Por qué no es normal la homosexualidad? Facilito: Sacando la excepción del hermafrodismo que confirma la regla, vienes al mundo machito o hembrita. Si vienes hombre, no será solo porque tienes tu pipilín (con perdón) o si vienes mujer, por tu vagina. Y bien dicho: vienes, porque desde que te conciben, te conciben hombre o mujer ahí en tu mapa genético. De tal manera que si pierdes tu pene por algún accidente (ay qué dolor!) no dejas de ser hombre y no es posible cambiar de sexo porque te operes para tener vagina o útero, que además no se puede.

Y lo normal es que el perrito ladre y el gato maúlle, que los cuerpos sean atraídos hacia el centro de la tierra y que el hombre y la mujer se complementen y se amen y procreen y formen una familia (si nadie procrea se acaba el mundo en 100 años). Lo normal es que a los 13 años se complementen tus características sexuales y le salgan senos a la mujer y voz gruesa al hombre, pero aun así, si eso no ocurre, no quiere decir que no eres lo que eres sino que hay una descompensación hormonal que corregir.

La homosexualidad es una tendencia anormal fruto del aprendizaje errado y o de carencias afectivas, aunque le parezca al homosexual que así nació o así es desde chiquito. La mejor prueba de la anormalidad es que no hay viabilidad procreativa de un acto homosexual. El pretendido amor homosexual es una amistad mal orientada con o sin un componente erótico que lo acompañe.

La naturaleza manda, mi estimado, tiene sus leyes que las leyes civiles tienen que respetar. Si no lo hacen, si la OMS ya dice que no es una enfermedad, ese es su roche, pero la verdad es la verdad en este caso y buenas noches con Los Panchos!

No, Tony (La noche es mía II)



A ver, vamos poniendo las cosas en su sitio, porque a ti la imagen de Rafa Rey te pueda caer quaker o yo prefiera ver un programa de Pataclown a cualquier otro programa cómico, no quiere decir ni por casualidad que lo que dijo Carlín sobre la homosexualidad es verdad.
Ya quedó claro que Rey no debió ponerse en bandeja a la ironía histriónica de Carlín, que el ex ministro muy de vez en cuando mete la pata en los medios a los que acude y que éstos se frotan las manos y salivan ante sus honestas opiniones. Pero también debe quedar claro que la homosexualidad no es una elección que se equipare a la normalidad. Osea, para no hablar en difícil, es una desviación sexual.

Pero habla Rey o habla Butters y aparecen el “orgullo gay” para decir que la homofobia es un crimen y casi a partir de ella se iza la bandera de la igualdad constitucional, del derecho de las minorías, de la no discriminación… Amigo burrito, no te dejes llevar por los argumentos sentimentales: No hay tal igualdad, el homosexualismo no es una opción, no puede habar matrimonio gay, no hay derecho ni lugar a orgullo, no es normal, no es normal.

Y no es homofóbico afirmarlo. Tampoco hay que agarrar a patadas a los provocadores que se besan delante tuyo. Hay que comprender sin aprobar; hay que ayudar a quien quiera enrumbar la mala tendencia y hay que enseñar a nuestros niños que la verdad no depende de mayorías o minorías o de que lo diga un actor simpático con horario estelar.