sábado, 9 de octubre de 2010

Bien por Mario (Parte I)


Ya desde 1980 (hace 30 añazos!) Mario Vargas Llosa estaba voceado para el Nóbel de Literatura. Tantos años esquivo, el premio fue de mano en mano cerca y lejos de él. Lo ganó García Márquez, Cela, Octavio Paz y Saramago... Vargas Llosa, como se dice, lo miraba por tv. Hasta que se le dio el 2010, en el otoño de la vida, 48 años después de haber publicado la novela que precisamente aparece como su obra destacada. Cuarenta y ocho años!
Entre la publicación de la obra y su reconocimiento por la academia ha pasado mucho: Mario incursionó fallidamente en la política, con un proyecto que el pueblo peruano no supo valorar (el pueblo peruano normalmente no sabe valorar lo bueno en política porque hay muy poco bueno alrededor y, cuando lo tiene al frente, le parece raro así que le da la espalda).

Mario se fue del país y se hizo español. Escribió y escribió y opinó. Tiene casi 50 obras literarias y eso es un montón. Los literatos consagrados y en ciernes reconocen su calidad y su trayectoria, de tal modo que la adjudicación del galardón era algo que se caía de maduro y antes de que pase lo que pasó con Borges, se lo dieron y, creo que es justo decir que se lo merecía.

El Perú lo ha celebrado como un triunfo nacional y Vargas Llosa no se lo ha mezquinado porque está feliz y no podía ser de otro modo. Premio a un maestro de la descripción y la narración, premio a la vida dedicada a la literatura de modo apasionado y permanente.

Renato Cisneros, lo cito sin querer erigirlo en gran figura porque no lo es, ha dicho que el premio no debe dimensionarse como un triunfo nacional porque el literato no escribe a nombre de la nación sino a título personalísimo y que su nacionalidad es un dato irrelevante. No lo creo, la persona está anclada en un contexto familiar, social y esa pertenencia no es irrelevante. Orteguita (no el pelotero sino el español) dijo que el hombre es él y su circunstancia, así que hay que entender que, aunque la literatura es personal, el logro obtenido deja bien a su apellido, a Arequipa, al Perú, a los peruanos y a España.

Bien por Mario, felicitaciones. Sin embargo yo tengo un PERO odioso, que nunca falta que comentaré luego para poner las cosas en su sitio. Ya vereis.