domingo, 21 de octubre de 2012

¿Que solo vivan los sanos? (No al aborto, primera parte)

Amigos burritos: prometí hablar sobre el aborto con la intención de ayudar a que puedas comprender mejor porqué es un asesinato y no es correcto aprobarlo bajo ninguna circunstancia.
Está escrito como para que entiendan mis pollinos quinceañeros, sin términos complicados ni teorías abstractas; fácil nomás, sin floro.
Esta primera parte trata sobre el aborto EUGENÉSICO. Procede de dos palabritas griegas que significan BUEN NACIMIENTO. El aborto eugenésico es aquel en el que se mata al que está por nacer porque no viene en condiciones normales: tiene algún problema que los padres o médicos consideran como una desgracia en el futuro niño, así que deciden abortarlo.
No quiero condenar a los papás que, en ese normal sufrimiento, han preferido el aborto, pero sí es necesario decir que es un acto malo.
Tres son las razones:
1. ¿Quién decide si alguien debe o no debe nacer? ¿Quién es el que decide que alguien merece morir por un defecto? Nadie es dueño de la vida, ni de la propia ni de la ajena.
2. ¿Cuál es aquel problema de salud que permite afirmar que la vida no vale la pena? Todas las vidas valen la pena, aunque sea una vida de grandes limitaciones, aunque sepan sus padres que no vivirá ni un día. Nadie merece la muerte, mucho menos si es inocente.
3. ¿Acaso la vida de una persona que nace sin cerebro, con síndrome de Down, con la columna vertebral expuesta, con parálisis cerebral, autista, ciego, vale menos que la de una persona normal? Sus padres sufrirán, seguro, pero eso de ninguna manera quiere decir que no aprenderán a amar, a madurar, a vivir más unidos.
Vamos a ser francos: qué padre no quiere que su hijo nazca sano, bonito, que no se enferme seguido y sea fuerte, campeón, exitoso. ¡Quién no quiere que su hijo sea lo más perfecto posible! Pero es otra gran verdad que el amor se demuestra en los momentos difíciles, que si el amor es maduro, las dificultades lo hacen más grande, de acero.
Muchos dan fe de que, al pasar por esas dificultades, han aprendido lo que es ser padres, han aprendido a amar más a sus hijos. No hay nadie sensato cuyo hijo haya fallecido después de graves sufrimientos que sea capaz de decir que se arrepiente de haberlo tenido. Antes bien, sufren por perderlo y lamentan no poder tenerlo, aunque sientan el natural alivio de que ya descansa y ellos también (es lógico, es humano).
El aborto eugenésico es un grave error de nuestros tiempos, de aquellos que huyen del dolor como si fuese posible y dicen que abortan "para que el bebe no sufra", "porque no tendrá calidad de vida", cuando quizás la verdad es que quieren ellos mismo evitar un dolor que, aunque es entendible no desearlo, puede traer más bienes de lo que pueden imaginar.
Te dejo un video como para compartir, burrito. Que te guste.