domingo, 8 de agosto de 2010

Larissa Riquelme para dummies


Digo Larissa y a mis alumnos - porque ya te conté que soy profesor de secundaria - se les alborotan las hormonas. No te voy a negar, entiendo su reacción. Al fin de cuentas, para eso está hecho el fenómeno Larissa: para despertar aquello que el hombre tiene de sensitivo y nada más.
En pleno junio, mientras todo nos iba envolviendo en torno a la fiebre futbolera, aparece esta "novia del mundial" con su celular más, apretada en su ropa paraguaya, gritando por su selección y todos empezaron a mirarla con entusiasmo.

Luego vendría la prensa, que se encargó de darle la publicidad correspondiente y fue más noticia que los mismos goles. Que si gana Paraguay, se desnuda; que se desnuda porque aunque su país no ganó, le puso ganas; que se desnudaría por España; que se desnudaría por el Perú, si clasifica el 2014... Ya se ve que la idea era encontrar cualquier razón para desnudarse y, efectivamente así lo hizo. Varias veces.

Antes de casi desaparecer del escenario, al menos para nosotros, vino al Perú y se resfrió en el Corso de Wong y se despachó con todo en una tristemente célebre entrevista con Jaime Bayly.

No digo que Larissa no sea guapa. Es guapa, sí. Pero tampoco es para tanto. Pero entonces, ¿cómo se fabrica a la novia del mundial? Yo tengo mi teoría y la lanzo: Cinco pasos para convertir a Larissa en lo que es:

PRIMER PASO: Una chica guapa pasada por el quirófano (varias veces en este caso). Paso inicial y básico si se trata de vender mercadería.

SEGUNDO PASO: La chica guapa expone su anatomía. La expone con mucha desfachatez, además; bloquea así cualquier interés en sus ideas, sus sentimientos, sus virtudes... oculta su personalidad y muestra su "pechonalidad" (con perdón).

TERCER PASO: Asociar a la chica a una mercancía. En su caso, una marca de cerveza y, obviamente, una compañía de celulares. Véase como rápidamente estas dos empresas "compraron" a Larissa y la pasearon por estos lares.

CUARTO PASO: Prensa levadura. Que te mete a la chica por los ojos, sobredimensionando su belleza hasta que no puedas evitarla.

QUINTO PASO: Aprovechar el morbo popular. Este paso es sencillísimo porque algunos están acostumbrados a valorar a la mujer en función a su físico. Triste verdad, duela a quien le duela.

Concolón: Tras escuchar a Larissa Riquelme comprobamos cómo algunas chicas, pendientes en demasía de su cuerpo, se asumen solo valiosas por lo físico y son aprovechadas por ciertas empresas que de paso se barren del colectivo una idea que nunca ha de cambiar: La verdadera gracia femenina, su verdadero atractivo, su real valor es la simpatía y pureza de su alma. Claro que, como dice un amigo mío: "Ni guapa que encante, ni fea que espante"...