martes, 8 de junio de 2010

Se ven las caras...


Hace una semana ya que hice probablemente el acto de protesta más insignificante de mi vida: Renunciar públicamente al facebook.
Además de un amigo que lo notó y me mostró su respaldo moral vía facebook (para variar) nadie ha dicho nada; y como era totalmente previsible, el mundo sigue igual allá en la red social más grande de internet.
No fue una renuncia elegante, no que no. Me retiré dando un portazo verbal un poquito en plan figuretti, como hay que ser en esos ámbitos.
Debo reconocer, no obstante, que el facebook es muy atractivo: a casi todos nos gusta que se nos vea, que se nos lea, que se opine de aquello que hemos dicho. Las mujeres (y porqué no los hombres también) sacian parcialmente su curiosidad haciendo una auditoría a la red, así se enteran de quién ha hecho qué cosa, a dónde viajó, quién o quiénes son sus amigos y demás preguntas que no se me ocurren ahorita pero que de hecho existen.
Hay quiénes entran al facebook para encontrar viejos amigos; sobre todo aquellos quienes como yo, ya tienen viejos amigos o viejas canciones favoritas o viejos recuerdos... osea, los viejos.
Los hay también quienes no tienen nada interesante qué decir y entonces ponen cualquier cosa, a lo mejor una frasecita en inglés y encima mal dicha, mismo Borat.
Luego están los que se unen a cualquier grupo: fans de Tommy Portugal, YO AMO EL SANGUCHE DE LOCRO, fans de OSHO, Ecología fashion o En defensa del Pez gato del Río Marañón...
Otros, más inteligentes y, por tanto, libres de mi crítica, lo usan para publicitar los productos que venden. Ahí está mi esposa y sus chocolates quedetalle, por ejemplo.

Saturadazo de tanto input, decidido a no formar parte de quienes pueden pasar horas de horas vagando por las cashes del facebook, hice mutis a lo bestia, dejando atrás a muchos amigos que siguen ahí viéndose y hablándose, para tomar mi lugar original, este humilde blog, donde más o menos hago lo mismo que hacía en el face, pero con dos ventajas: cada cosa que escribo tiene un fin educativo y, si estoy inspirado, con 10 minutos me basta.

Se me vino a la mente esa canción de Blades y parte del corito lo presté para el título de esta entradita porque le viene bien al tema pero, cáete, me acabo de dar cuenta de que hay un grupo en facebook con ese mismo título... no te pases!