lunes, 25 de mayo de 2009

DESDE EL AULA


Mi amigo el profesor escribe:

En relación al tema del padre Alberto...

Muchos opinan que la Iglesia debería ser tolerante y eliminar la ley del celibato para los sacerdotes. Esto originaría más vocaciones y menos que hablar de la Iglesia. Al respecto, debo decir unas pocas cosas.

 Primero. Que no se trata de derogar leyes o aceptar normas. No es un problema de la ley, sino un problema de la falta de virtud en la persona que se compromete. 

Segundo. Toda persona tiene una vocación, la cual elige haciendo pleno uso de su libertad y sobre lo cual debe responder ante quien se compromete (responsabilidad). 

Cuando la vocación es al matrimonio, las personan se comprometen libremente y se juran fidelidad mutua. 

“La fidelidad a” es la misma virtud, lo único que cambia es el sujeto ante quien se compromete. El esposo debe ser fiel a su esposa y el sacerdote a Dios. Claro, además de ser fiel a su propia palabra. 

Eliminar el celibato, es como eliminar el compromiso de fidelidad de un esposo con su esposa y, siguiendo el mismo pensamiento, la infidelidad matrimonial ya no sería un problema. ¡¡¡Qué gracioso!!!