domingo, 12 de abril de 2009

La sinrazón de Bayly (Parte 1)

Es un hecho: Jaime Bayly nos va a dar qué escribir.
El primer asunto que quiero mencionar es lo referente al tema del aborto del que habló una vez más en su programa del domingo pasado.
A la letra dijo: En el tema del aborto, mi opinión es que la mujer es quien debe decidir. El aborto no puede ser un delito. Dijo que el Estado no puede atropellar la libertad de las mujeres embarazadas para obligarlas a dar a luz.
Creo que conviene recordar que los hijos, cualquiera sea la edad que tengan, desde el momento de la fecundación son seres distintos a sus madres. No se sostiene la afirmación de que el embrión sea un apéndice o parte del cuerpo de la madre. El nuevo ser tiene una identidad distinta y, por lo tanto, nadie, ni menos la madre puede disponer de una vida ajena. En este sentido, el Estado debe penaliza el aborto si penalizó el homicidio.
Y dijo más y peor: Yo creo que es injusto obligar a ser madre a quien no se siente en ese momento en actitud de serlo, que no quiere ser madre. Como si el hecho de ser madre solo ocurriera en el alumbramiento y nada más. Bajo ese ilógico argumento, cualquier madre que ya lo sea y, ante la sensación de no poder serlo en un momento determinado podría abandonar o incluso matar a su propio hijo. Le saldría incluso más barato, no?
Conviene recordar que respecto a la maternidad, lo que existen son deberes que asumir y que están en función al derecho a la vida de los hijos y que ninguna circunstancia puede justificar el atropello a los mismos; por el contrario, al que está por nacer le asiste un derecho mayor de ser protegido por lo indefenso de su estado.
Jaime Bayly se equivoca radicalmente en este tema como en otros, los que ya iremos abordando.

Prohibido leer a Beto Ortiz


Vamos a ver. Todos coincidirán conmigo en que Beto Ortiz no derrocha simpatía. El también lo sabe y quizá por eso tiene ese gesto permanente de "ajco" cada vez que una cámara lo capta y quizá también por eso mismo es que escribe una columna que se llama Pandemonio - nada menos - del Perú 21 de Fritz Du Bois.
Yo no leo a Beto Ortiz. Pero hoy me topé con su columna (si a una página completa se le puede llamar columna) y me llamó la atención el título: Prohibido leer antes del 2032. Hablaba de Fujimori y su reciente sentencia. Lo que me llamó la atención fue una frase que puso en negrita. La copio tal cual: La vida de Martha Chávez y la de un terrorista valen exactamente lo mismo que la del papa (sic) y que la mía.
Más allá del contexto que justifica apenas la afirmación (y es verdad, una vida humana vale exactamente eso: una vida humana), conviene hacer una aclaración que quizás Beto no acepte: La vida humana, mejor dicho, la dignidad humana se engrandece o degrada con los actos personales. De tal modo que la vida de una persona que ha decidido obrar mal no tiene ya la misma dignidad que la de una persona virtuosa; de otro modo, daría lo mismo dedicarse a matar que dedicarse a ayudar a las personas. El hombre colabora con lo que por naturaleza le ha sido dado y adquiere así una segunda naturaleza, un valor agregado.
El obrar humano hace que la vida de Martha Chávez, la de un terrorista, la del Papa, la de Beto Ortiz y la mía tengan distinta calidad y, por lo tanto, valoración distinta.

Un burro y una noria

El burro asoma el hocico. 
Lo que puede equivaler a "mete las narices", en cristiano.
En la primera hora del domingo de Pascua de Resurrección de 2009, este humilde servidor se atreve a lanzarse a la piscina cibernética como quien dice a ver qué sale de esto, con muchos afanes escondidos que no vas a tardar en descubrir.
Empiezo aparentemente a la defensiva, asumiendo la calidad de pollino, tozudo y fiel, caminando alrededor de una poza de agua.
Hay mucho que decir en los días sucesivos, pero hay que dormir primero.
Bienvenidos a la noria. 
A dar vueltas!